Buenas noches. Retomo el blog. Reconozco que lo tengo algo dejado...algunos me habéis preguntado y aquí estoy de nuevo.
Este chiste que acabo de subir puede ser injusto pues no comparto la imagen típica del funcionario vago, dejado, etc. Pero no dejar de ser gracioso. Aunque algo de realidad refleja pues en la función pública, como en tantos ámbitos laborales hay mucho que mejorar en productividad. La diferencia es que si una empresa privada no es productiva lo paga el bolsillo del accionista. Si es empresa pública lo estamos pagando tú y yo (y ahora en régimen casi confiscatorio con el nuevo IRPF para 2012) por lo que la responsabilidad de su trabajo es mayor.
Pienso que un primer paso sería dejar de llamarles FUNCIONARIOS pues eso es aplicable a todo aquel que desempeña alguna función. En países anglosajones se les denomina civil servants o public servants. Aunque las palabras no crean la realidad, sí que es cierto que la semántica ayuda. Llamarles servidores quizás les ayudaría a ellos mismos a ir cambiando de chip pues no han de olvidarse que están ahí cobrando dinero público solo para dar servicio a los ciudadanos. A más de uno vendría bien que se lo recordaran. Aunque, insisto, la mayoría son ejemplares.