Artículo de Clara Ruiz de Gauna publicado hoy en Expansión. Lo puedes ver
pinchando aquí.Copio un trozo:
Las empresas las dirige la gente y, por lo tanto, tienen personalidad. Pero la personalidad de las corporaciones debería ser la suma de la de todos los trabajadores que le dan forma, y no la de sus máximos ejecutivos, aunque su carga genética sea mayor. Las afirmaciones excesivamente subjetivas, los comentarios que esconden manías personales, las ocurrencias que escapan del ámbito empresarial, las descalificaciones y las salidas de tono de personajes públicos chirrían más que la puerta de un castillo en ruinas.