domingo, 18 de julio de 2010

Dirección por desconfianza

Hoy es un domingo caluroso. Llevo todo el día trabajando en la tesis doctoral y hoy me ha tocado una parte de lectura, reflexión y escritura sobre la Confianza en las empresas, que toca tangencialmente el tema de mi tesis. Hago un receso para publicar esta breve reflexión que necesito compartir. Pienso sobre todo en aquellos que tienen que sufrir día a día a unos Jefes que son desconfiados por naturaleza y que practican lo que denomino "dirección por desconfianza". Aquí lo copio: Cuando en una empresa lo que predomina es la desconfianza, sobre los empleados se ciernen el malestar, el desconcierto, las dudas, el sentirse permanentemente cuestionados. Y lógicamente las posibles consecuencias negativas que de esto se derivan: estrés, sentimiento de acoso moral, menor rendimiento, visión crítica hacia los directivos y/o hacia la propia empresa, deseos de abandono de la organización, etc. No hay que ser un sabio para intuir los “costes ocultos” de tales situaciones y la alta probabilidad de que los resultados económicos sean negativos como consecuencia de esta dirección por desconfianza. Detrás de esta “dirección por desconfianza” suele esconderse la personalidad de un directivo que por naturaleza es desconfiado.

4 comentarios:

Emilio López dijo...

Estoy de acuerdo, pero creo que reducir la causa a una naturaleza desconfiada del directivo es algo excesivo.

La cultura de la organización, la historia de la empresa y otros muchos factores seguramente tengan también algo que ver.

Pero, lo importante realmente es: qué solución le damos?

Jose Luis dijo...

Sigo convencido que quien dirige por desconfianza es porque él mismo es desconfiado. Decían los clásicos: operari sequitur esse, que quiere decir: el obrar sigue al ser: el que es desconfianza, actúa con desconfianza. Solución: que sea más confiado. ¿Cómo se hace? tengo mucho escrito sobre eso y te aseguro que es mu complicado, pero no imposible.

Anónimo dijo...

Yo viví tiempo atrás una situación de desconfianza de un superior mío, el cual ocupaba un puesto de CFO a golpe de mando, mirandote por encima del hombro, dudando de los informes que se le presentaban, de los números, del resultado. Era una persona insegura, desconfiada y pensando que cualquier subordinado le quería hacer la zancadilla. Su lema: "o te subes al barco conmigo o te quedas fuera". En varias ocasiones estuve a punto de abandonar la empresa ya que el dichoso CFO era la antitesis del líder, del compromiso y de la involucración con el equipo, vamos todo una joya. Al final, quien sufrió las mieles del despido fue él y todos quedamos liberados de la presión y de la "opresión" vivida a lo largo de cerca de 3 años.
sldos.
José Garrido

Jose Luis dijo...

Gracias, José por tu comentario qeu acabo de leer. Veo que desde Baleares sigues tan activo como siempre!