
La primera en la frente: la camarera se equivocó y trajo las dos Coca Cola normales.
La segunda fue cuando regresó, se le tambaleó la bandeja y tiró una de las botellas.
No pasó ni un segundo cuando el Director, gritó en voz alta, en tono de broma pero con voz enérgica mirando a los ojos a la camarera "No entiendo cómo hacen estas bandejas tan malas y tan resbaladizas: no hay derecho. Es que no puedo entenderlo".
La chica se sonrió y se le pasó un poco el sofoco que tenía. Mi amigo sin darle importancia, cambió de tema y la camarera se marchó sonriente.
Le felicité por su categoría humana y por haber echado un buen capote a esa persona que estaba en apuros en ese momento. Me dijo: "simplemente he pensado cómo sentiría en esos momentos".
1 comentario:
En la línea de "dos entradas más abajo": Un directivo SÍ que puede motivar a sus trabajadores.
Y no sólo con arengas, discursos o incentivos. Pequeños gestos como este motivan más que eso.
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