martes, 29 de abril de 2008

"Todo el entrenamiento, el trabajo y el esfuerzo que dedicamos no nos aseguran nada, pero sin ellos no tenemos ninguna posibilidad"

Pat Riley
Ayer mantuve una interesante conversación sobre la formación para Ejecutivos de empresa con DANIEL RAYA, Coordinador de Gestión Urbanística de SALVAGO.

Daniel además es un gran jugador de baloncesto y hablando de todas las ventajas que te aporta un MBA comentamos que una de ellas es que te capacita para potenciar al máximo las capacidades directivas para desarrollar la carrera profesional. Al hilo de estas consideraciones me comentó una frase de Pat Riley que se le quedó grabada y que refleja muy bien lo que te ofrece esta preparación: "Todo el entrenamiento, el trabajo y el esfuerzo que dedicamos no nos aseguran nada, pero sin ellos no tenemos ninguna posibilidad".
Copio lo que me acaba de enviar Daniel para el blog:

Uno de los mejores entrenadores de la historia de la NBA, ha ganado cinco títulos como primer entrenador y otro como entrenador ayudante. En los 80 dirigió a los míticos Los Angeles Lakers de Magic Johnson y Kareem Abdul Jabbar, y en 2006 logró su último título con los Miami Heat de Shaquille O´Neal. En los Heat venía ejerciendo funciones de presidente-entrenador hasta que hace dos días dimitió del cargo de entrenador. Riley además ganó otro título como jugador profesional en 1972 con Los Angeles Lakers.

Su aspecto, siempre engominado y vistiendo trajes de Armani, le ha hecho convertirse en una figura popular en Estados Unidos. Además, ha sabido aprovechar su experiencia en los banquillos y popularidad para convertirse en un exitoso orador motivacional. Riley cobra más de 50.000 dólares por conferencia.

En el video "Los Angeles Lakers, Cinco en ataque", en el que se narra la temporada 1986-87 del equipo y la victoria en las finales ante su rival por excelencia, los Boston Celtics, Pat Riley dice, refiriéndose a la preparación para lograr el título: "Todo el entrenamiento, el trabajo y el esfuerzo que dedicamos no nos aseguran nada, pero sin ellos no tenemos ninguna posibilidad". La primera vez que escuché esta frase tenía 13 años y desde entonces la he aplicado a un sinfín de situaciones. Algunos se inspiran en Einstein o Wilde, y otros en Pat Riley. Cada uno tiene sus fuentes.

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